El amor de Dios es la fuerza impulsora detrás de un equipo comprometido con las personas vulnerables. Este amor se manifiesta en la compasión, empatía y perseverancia del grupo, que busca mejorar vidas y ofrecer esperanza. Es un amor que trasciende barreras y desafíos, inspirando acciones de ayuda y defensa de los derechos. En manos que brindan apoyo y corazones que escuchan, el amor de Dios se hace presente a través de Remar , recordándonos que, a través del servicio desinteresado, podemos ser agentes de compasión y transformación en el mundo.
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